Hermes, obedeciendo a Zeus (tras la petición de Atenea), acude a la isla de Calipso para decirle que debe dejar marchar a Ulises:
"—¿ Por qué, oh Hermes, vienes a mi morada? Antes no solías frecuentarla. Di que deseas, pues mi ánimo me impulsa a ejecutarlo si de mí depe...